La montaña rusa de la volatilidad: resistir es vencer

Al invertir en instrumentos financieros tenemos frente a nosotros una oportunidad y la expectativa de hacer crecer nuestro patrimonio con el fin de alcanzar algún objetivo en particular. Sin embargo, como en la mayoría de las situaciones de la vida, el viaje de las inversiones a veces no siempre es tranquilo y sin sorpresas. Además, es probable que se presenten épocas donde el desempeño de nuestras inversiones se vea afectado por eventos económicos, políticos, sociales o, como estamos viviendo durante el 2020, de salud.

En esos momentos, nuestro optimismo e ilusión pueden ser puestos a prueba; se genera una mayor ansiedad e incluso podríamos entrar en pánico al ver que el valor de nuestras inversiones muestran un periodo prolongado de caídas.

Mantener nuestros objetivos financieros e inversiones

Es natural que la incertidumbre nos envuelva y que nos cuestionemos si debemos mantener nuestras inversiones, reinvertirlas en otros instrumentos o rescatar lo que va quedando de ellas, a pesar del impacto que esto ocasionaría en nuestro patrimonio.

Sin embargo, por lo general, justo cuando pareciera que no hay más opciones, el comportamiento de los mercados financieros comienza a normalizarse, los instrumentos financieros retoman una tendencia al alza y el estrés experimentado en los días previos se transforma en un nuevo sentimiento de esperanza y alivio: nuestros ahorros vuelven a crecer. 

Poco a poco la calma va regresando, nuestros objetivos financieros vuelven a ser nuevamente alcanzable y, de pronto, te das cuenta de que ya diste una vuelta completa a la montaña rusa de la volatilidad.

Sabemos que las crisis y, por consecuencia, las volatilidades de mercado generan un sinfín de emociones en los inversionistas y es entendible ya que en estas fluctuaciones están sus ahorros involucrados.

Por lo tanto, es sobre todo en esos momentos en los que hay que mantener la calma, alinear tu portafolio al perfil de inversionista que más te representa y permanecer en tu horizonte de inversión, con el fin de mitigar en lo posible las volatilidades y, por ende, vivir una montaña rusa de emociones más tranquila.
 

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