No cabe duda de que las últimas semanas han sido bastante intensas para los mercados. Pareciera ser que el gatillante de toda la volatilidad fueron los anuncios de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos, sin embargo, previo a esto ya habíamos tenido un primer trimestre bastante movido. Y es que los anuncios de los gravámenes a los productos importados se sumaron a un escenario algo incierto, producto de algunos temores respecto de la salud de la economía norteamericana bajo este nuevo gobierno. Como hemos mencionado en otras ocasiones los mercados detestan la incertidumbre, y la clásica respuesta a un escenario en que prima la poca claridad, es la volatilidad, predominando en algunos casos los retornos negativos, ya que los inversionistas privilegian la seguridad de activos utilizados como refugio en lugar de aquellos más riesgosos.
De este modo, para un mercado que ya se encontraba algo tambaleante, el anuncio original de las tarifas significó un escollo imposible de ignorar. ¿Qué es lo que teme el mercado? La principal preocupación la podríamos resumir en la posibilidad de una recesión en Estados Unidos, seguida de estanflación y una desaceleración a nivel global.
Los aranceles anunciados originalmente por Estados Unidos tienen el potencial de generar una disrupción en el comercio internacional que podría poner en peligro el escenario base de “soft landing” que manejaban los mercados. Sumado a las presiones inflacionarias que dejarían en una situación compleja a la Reserva Federal, toda vez que sus dos metas (inflación en un 2% y el pleno empleo) podrían entrar en tensión. Justamente esto es una estanflación, una situación en la cual conviven inflación en niveles elevados junto con un estancamiento económico, constituyéndose en uno de los escenarios más complejos que puede enfrentar un banco central que mantenga un mandato dual, por encontrarse atado de manos sin tener espacio para recortar tasas de interés por la acelerada inflación, a pesar de que la actividad o el mercado laboral puedan estar sufriendo un deterioro pronunciado.
Probablemente todo esto esté detrás de los negativos retornos que observáramos sobre todo en los mercados bursátiles estadounidenses al menos hasta el anuncio de una pausa de 90 días en la aplicación de sobretasas para casi todos los países, dejando el arancel momentáneamente en 10% por este período. Decimos “casi todos los países” porque en el caso de China la situación simplemente siguió escalando, llevando a los aranceles hasta 145%, en una ida y venida de declaraciones y respuestas que mantuvo enfrentadas a las autoridades del gigante asiático con las estadounidenses.
Afortunadamente, desde la segunda semana del mes de abril, los mercados han logrado estabilizarse bastante trayendo consigo importantes recuperaciones, todo gracias a anuncios y decisiones que han ido matizando la negatividad de lo señalado originalmente para las tarifas en el llamado “día de la liberación”. A las mencionadas pausas en la aplicación de los aranceles que exceden el 10% base se sumó el anuncio de la exención de los artefactos electrónicos (algo que tenía bajo bastante presión sobre todo al sector tecnológico), y posteriormente, empezaron a circular informaciones respecto de negociaciones entre Estados Unidos y China, así como una suavización en las críticas que realizara Donald Trump respecto del presidente de la Reserva Federal Jerome Powell, comentarios que volvieron colocar a la independencia de la Fed como uno de los focos de discusión, incrementando una incertidumbre que ya se encontraba en niveles altos.
Si bien la suavización del negativo escenario con los anuncios originales ha traído alivio para los mercados, pareciera que la incertidumbre y la volatilidad tardarán algún tiempo más en disiparse, en caso de lograr hacerlo completamente. Y es que, si bien los aranceles probablemente terminen por quedar en una zona más benigna que la anunciada en el “día de la liberación”, estos de todos modos estarán por encima de la situación previa, provocando ciertas disrupciones en el comercio internacional. Adicionalmente, las tensiones entre China y Estado Unidos seguirán constituyéndose como una fuente de incertidumbre, mientras que a medida que nos aproximemos al fin de los 90 días de la pausa anunciada para las sobretasas, probablemente la efervescencia de los mercados vaya en aumento.
No obstante lo anterior, no todo es negativo y existen ciertos aspectos que podrían llevar a un mayor optimismo sobre todo de cara a la segunda mitad de este año. A la suavización de los anuncios iniciales, se suma una economía estadounidense que al menos en términos de endeudamiento (tanto a nivel de los hogares como corporativo) se encuentra en buen pie como para enfrentar una desaceleración mayor o incluso una recesión. Además, temas como la desregulación de ciertas industrias y exenciones tributarias también forman parte del plan de gobierno estadounidense. Si a lo anterior se suma el impulso que generarían los recortes de tasa de política monetaria que potencialmente podría decretar la Reserva Federal, tendríamos un escenario más favorable para los mercados.
Momentos como el actual, nos llevan a la necesidad de mantener más que nunca firme el timón de nuestras carteras de inversiones. Poniendo en relieve a las bolsas estadounidenses que han sido las más afectadas en esta pasada, estudios estadísticos muestran que la mayor parte de los años éstos han experimentado retornos positivos a pesar de haber estado en algún minuto en zona negativa, además de lo perjudicial que resulta encontrarse desinvertido en momentos de alta volatilidad por el riesgo de perderse días muy positivos. Recordemos que cuando hablamos de volatilidad, nos referimos a movimientos que pueden ser erráticos, con días muy negativos seguidos de sesiones en algunos casos extremadamente positivas. El perderse estos días buenos puede terminar por generar resultados distintos de los esperados y poner en peligro la consecución de nuestros objetivos financieros.
El ser dinámicos es una característica muy propia de los mercados en general, pero en momentos como el actual esto se exacerba aún más, de modo que los escenarios pueden ir variando rápidamente de un estado a otro con el correr de los días y a medida que aparecen nuevas informaciones, lo que hace imperativo estar muy encima de la situación. Dado lo anterior, en Principal estamos monitoreando constantemente tanto a los mercados como todos aquellos eventos que puedan afectar nuestras inversiones con el fin de mantenerlos informados y prestarles la mejor asesoría, para que puedan enfrentar la incertidumbre de la mejor forma.
Equipo Principal
La información entregada no debe ser considerada como un consejo o recomendación para la adquisición o venta de valores. Dicha información no debe entenderse como recomendación de inversión, como pronóstico o proyección de rentabilidad. Esta información no pretende representar el funcionamiento de ninguna inversión en particular.