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Construyendo mi cartera de inversión

Conoce los consejos de nuestro Jefe de Estrategia de Inversión para lograr cumplir con los objetivos financieros que te has propuesto.
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Por Jorge Herrera
30 de June de 2022

Introducción

Cómo lograr el cumplimiento de mis objetivos financieros

Como en todo orden de cosas, la razón de ser de cualquier proyecto determina la manera de enfrentarlo, a la vez que encontramos algunas restricciones que van acotando las posibilidades y guiando el camino. Por ejemplo, no es lo mismo construir un edificio para un colegio que para un hospital. Si bien en ambos el resultado final serán uno o más edificios, la finalidad de cada instalación indicará que en el primer caso se necesite una cantidad importante de salas de clases y espacios para los profesores, mientras que en el segundo habrá que contar con pabellones quirúrgicos, salas para realizar exámenes y piezas con distintos niveles de equipamiento y cuidado, entre otros. Queda claro que en ambos casos hablamos de edificios, pero sus requerimientos específicos los hacen ser bastante diferentes.

Esto también ocurre con las carteras de inversiones. No cualquier cartera es apropiada para cualquier inversionista, ya que va a depender de sus características y objetivos. Semanas atrás profundizamos en esto, especialmente en la importancia de definir tanto el objetivo de inversión como el perfil de riesgo de cada inversionista para construir un portafolio, de modo que solo una vez que tengamos definidos estos aspectos podamos empezar a pensar en los activos en los cuales invertir. 

Es en esta etapa donde surgen preguntas como: “Dado el objetivo de inversión y perfil de riesgo, ¿cómo se puede obtener el retorno más alto posible asociado a un riesgo tolerable?”. O en contrapartida, poniendo énfasis en el retorno deseado: “¿Cómo puedo obtener un retorno de x% pero con el riesgo más bajo asociado?” Aquí entran en juego los conceptos de selectividad de los activos y diversificación. No sólo queremos encontrar activos cuyos retornos esperados sean atractivos según su nivel de riesgo de manera individual, sino que también nos interesa sobremanera el observar y analizar cómo se comportan estos en conjunto. En este sentido, una cartera correctamente preparada debe contar con una diversificación que permita sobrellevar distintos escenarios, lo cual se consigue con activos que reaccionen de manera diferente ante el mismo estímulo. 

Un ejemplo muy gráfico al respecto. Si soy un inversionista en acciones locales y mi temor es que el tipo de cambio pueda tener una volatilidad importante sin tener claridad de su dirección, una manera de mitigar este riesgo es incluir dentro de la misma cartera acciones de un importador neto con las de un exportador neto. De modo que, ante un escenario en un sentido u otro del dólar, una de las dos compañías será capaz de compensar con sus buenos resultados una mala performance de la otra, ya que un dólar muy alto será beneficioso para el exportador, mientras que será negativo para el importador y viceversa.

¿Qué hacer ante eventos de alto impacto en los mercados con nuestras carteras de inversión? 

En la medida que lo permita nuestro objetivo de inversión, siempre debe primar la visión de largo plazo. Sin embargo, dicho largo plazo se va componiendo de cortos plazos y estos sí pueden ser enfrentados con movimientos pequeños que desvirtúen las carteras construidas, ayudando así a navegar por aguas que algunas veces se tornan algo más turbulentas. De este modo, se pueden hacer ligeros movimientos tácticos que permitan incorporar la visión y los eventos de mercado de menor plazo, incrementando, por ejemplo, la ponderación en renta variable en desmedro de la renta fija cuando las condiciones de mercados se presentan como más favorables. Así como intentar reducir la volatilidad del portafolio cuando los mercados se vuelven más inciertos o prima la sensación de riesgo, incrementando la exposición a activos menos sensibles o que incluso puedan verse beneficiados por el redireccionamiento de flujos de inversión.

En el último tiempo hemos estado expuestos a una alta volatilidad e incertidumbre en los mercados internacionales, lo cual ha hecho más visibles los conceptos anteriormente expuestos. Por lo mismo, estos deben primar siempre a la hora de planificar nuestras carteras de inversiones. Una correcta construcción de cartera, bien diversificada, asociada correctamente a nuestro perfil de riesgo efectivo, sumado a una apropiada asignación táctica que permita navegar aguas turbulentas, a la vez que se tiene siempre en vista el largo plazo, son aspectos esenciales para la consecución de los objetivos financieros y las metas de cada inversionista. Todos estos elementos ponen de relieve la importancia de contar con asesoría de profesionales en la materia.

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Esta información no pretende representar el funcionamiento de ninguna inversión en particular y no debe ser entendida como una proyección de rentabilidad, como un pronóstico cierto o recomendación de inversión. No se garantiza la exactitud de la información.