Valentín Carril
Economista Jefe para Latinoamérica, Ingeniero Comercial y Magíster de la Pontificia Universidad Católica. 30 años de experiencia. Magíster en Economía de la Universidad de Minnesota.

Equilibrio Mundial Ahorro / Inversión y Cuenta corriente

23 de Abril 2019 - 5 mins de lectura

Si bien cada país puede tener superávit o déficit en su cuenta corriente, el mundo completo por supuesto no puede.

Existe una relación directa entre el balance en la cuenta corriente de la balanza de pagos y la diferencia entre el ahorro y la inversión de los países. Si el ahorro supera la inversión ese monto es equivalente al saldo positivo en la cuenta corriente. Por otro lado, si bien cada país puede tener superávit o déficit en su cuenta corriente, el mundo completo por supuesto no puede. Eso implica que si por ejemplo hay un gran país o bien un grupo de países que es usualmente deficitario, tiene que haber otro u otros que lo compensen.

Desde el punto de vista de crecimiento económico el concepto más aceptado en general es que los países desarrollados debieran ser quienes mantengan un ahorro superior a la inversión, con lo cual serían los países con superávit. Esto permitiría a los países emergentes invertir por encima de su ahorro interno, lo que aceleraría su crecimiento y permitiría una más rápida convergencia hacia los niveles de ingreso de los países desarrollados. Lo recién descrito no ha funcionado por varias razones, algunas internas a los propios países emergentes, pero también porque los desarrollados no siempre han mantenido un superávit.

De hecho, desde 1980 hasta el equilibrio mundial se basaba fundamentalmente en un déficit en los Estados Unidos el cual era compensado por superávits en Japón y Alemania. Si bien la compensación no era exacta y este grupo de tres países que eran las mayores economías del mundo en esa época nunca tuvo un déficit mayor al 0,44% del PIB mundial hasta 1999, cuando éste se empinó a 0,63% para luego llegar a un máximo de 0,93% el 2005. Esto naturalmente forzó a los países emergentes a reducir sus déficits y/o aumentar sus superávits, un ajuste que demostró ser muy doloroso, aunque eventualmente el superávit de China (el cual casi se duplica entre 2005 y 2006, por ejemplo) más la recuperación de Alemania luego su unificación permitió el retorno a un equilibrio más benigno para los emergentes. La buena noticia es que el déficit combinado de cuenta corriente de estos tres países desarrollados mencionados no ha superado prácticamente el 0,1% del PIB mundial desde que se corrigió el año 2009 y se espera que se mantenga por debajo de ese 0,1% hasta al menos el 2020. Por lo tanto, la situación debiera permanecer relativamente benigna para efectos de complementar el ahorro doméstico con ahorro externo para financiar la inversión en los países emergentes durante el 2018 en adelante.

Comparte este articulo

Añadir nuevo comentario

Este sitio fue optimizado para Explorer 9 en adelante, si quieres visualizarlo correctamente puedes actualizar tu navegador aquí