¿Han desarrollado los mercados inmunidad al coronavirus?

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"Los inversionistas deben seguir considerando la exposición a Asia emergente como un posicionamiento estratégico", Seema Shah, Chief Strategist en Principal Global Investors

14 de febrero 2020 - Después de solo dos semanas desde que el coronavirus golpeó los mercados por primera vez, las acciones chinas ya han revertido parte de las pérdidas iniciales y el índice S&P500 ha tocado nuevos máximos. Todo esto mientras el número de casos de contagio continúa aumentando y las acciones parecen estar imparables.

Sin duda, la reducción a la mitad de los aranceles comerciales de China, una decisión que algunos interpretaron como un importante relajamiento en las tensiones, ha ayudado a los mercados. Los reportes de fuertes ganancias corporativas también han impulsado las acciones al alza. Sin embargo, lo más importante para los activos asiáticos es la tranquilidad que brinda la decisión del Banco Popular de China (PBOC) de inyectar liquidez adicional en el sistema financiero, así como otras medidas fiscales destinadas a minimizar la caída en el crecimiento.

Varias economías de Asia también se han visto alentadas por las acciones del PBOC de llevar su moneda hacia una posición más fuerte y estable. Así, los inversionistas ya se están preguntando si es un buen momento para aumentar la exposición a activos de riesgo en Asia, esperando que se repita la fuerte recuperación que vivieron los mercados en el 2003, una vez que la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS) fue contenida.

En un principio, la reacción de los mercados frente al miedo al coronavirus fue más violenta que la reacción al episodio del SARS en el 2003. Asimismo, hay tres razones claves por las que la velocidad de riesgo - llamando así al ritmo con que los factores negativos y los cisnes negros (1) afectan los precios de activos - es más elevada hoy comparado con hace diez años.

En primer lugar, el auge de las redes sociales genera un eco a escala global para aquellos eventos importantes que provocan ansiedad. Cuando ocurrió la última crisis financiera las personas escribían aproximadamente 300 000 tweets por día; diez años después, este número es superado en solo un minuto y al día se publican más de quinientos millones de tweets. 

En segundo lugar, más allá de las preocupaciones obvias por la potencial propagación humana del virus, la cadena de suministros globales ha proliferado en su tamaño y complejidad en los últimos años, de tal forma que las empresas de todo el mundo están expuestas a posibles impactos asociados al cierre temporal de sus contrapartes comerciales y enlaces de transporte. China es, ahora, el mayor exportador mundial de productos de fabricación intermedia y, sin duda, un componente intrínseco de la cadena de suministro global.

En tercer lugar, los precios de activos están extremadamente elevados. Con los mercados valorizados a la perfección, los eventos disruptivos que sacuden la confianza de los inversionistas y ponen en duda pronósticos positivos de crecimiento global son capaces de producir exagerados movimientos en los mercados.

¿Cómo afecta el coronavirus en la economía global?

En el corto plazo, la economía de China probablemente sufrirá un duro golpe, ya que los temores y las restricciones a los viajes pesan mucho en la actividad del consumidor. Sin embargo, un shock de corta duración con limitados daños al crecimiento de largo plazo debería hacer que la actividad y los mercados asiáticos se recuperen rápidamente una vez que los casos de virus alcancen su máximo.

Sin embargo, si el virus no logra ser controlado dentro de los próximos dos meses, esto obligaría a las autoridades chinas a extender el cierre de sus fábricas hasta el punto de que agoten sus inventarios. Si esto llegara a pasar, la proyección de crecimiento, tanto para China como a nivel global, se deteriora significativamente. Tal vez esto explica que aun cuando los activos de riesgo han rebotado en los últimos días, la tasa de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a diez años plazo solo ha subido marginalmente.

Los riesgos asociados a un brote de virus más duradero implican que los mercados se mantendrán muy sensibles a las noticias de nuevos casos de coronavirus fuera de China (como quedó en evidencia con la reacción ante nuevos contagios en un crucero frente a Japón), así como a eventual paralización de viajes y de actividad comercial. Además, es posible que los inversionistas no crean en una recuperación duradera de los mercados globales hasta que el número de nuevos casos reportados se estabilice, una variable que es casi imposible de predecir.

Este año 2020, hasta la fecha, no ha sido ajeno a profundas caídas en los mercados, seguidas rápidamente de grandes rebotes. Tal vez este sea el patrón recurrente para el futuro previsible, dado el entorno donde la velocidad con la que los riesgos de cola afectan a los precios de los activos es elevada y donde todavía hay mucha angustia. Ésta rodea no solo al coronavirus, sino también otras preocupaciones como las elecciones en los Estados Unidos.

En este contexto, las decisiones de inversión reactivas a noticias de corto plazo pueden dejar a los inversionistas constantemente persiguiendo los movimientos del mercado, por lo que se recomienda centrarse en la visión a más largo plazo. Los inversionistas deben seguir considerando la exposición a Asia emergente como un posicionamiento estratégico en una región que, incluso teniendo en cuenta el coronavirus, demuestra un potencial de crecimiento superior en el largo plazo.

Seema Shah, Chief Strategist en Principal Global Investors; el texto original fue publicado aquí.

¿Cómo afecta el coronavirus a Chile?

El principal impacto del coronavirus en Chile, hasta ahora, ha sido en el plano económico y ha afectado en gran medida al sector exportador. Los puertos paralizados sin poder recibir los contenedores de carga, así como las restricciones al transporte interurbano en China han llevado a nuestros socios comerciales a postergar e incluso a cancelar las compras de materias primas, frutas y salmón.

Las expectativas de una menor demanda china, al menos en el primer trimestre de este año, han presionado a la baja los precios del cobre y han impulsado al alza el precio del dólar a nivel global. Dada la relevancia de las ventas exteriores para el crecimiento económico y para el presupuesto de Chile y, a la vez, dada la relevancia de China como el principal destino de nuestras exportaciones, nuestro país podría sufrir consecuencias negativas en el caso de un cierre prolongado de la actividad en Asia. 

Equipo de Asesoría Financiera Principal Chile

(1) Nota del traductor: el cisne negro es una metáfora que, en el ámbito económico, describe aquellos sucesos que se consideran extremadamente improbables y que, cuando ocurren por sorpresa, terminan generando un gran impacto y repercusiones trascendentales. 

 

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